“Uno crece ayudando a los semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe. Uno crece cuando hay razón, fe y esperanza, cuando aceptas tu realidad con aplomo para vivirla y cuando aceptas tu destino, pero tiene voluntad de trabajar para cambiarlo”. Con estas palabras el Obispo de la provincia de Colón, Carlos María Aris inició la invocación religiosa del Acto de Graduación de la Promoción 2010, de la Sede Regional de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) en Colón.

Con esta ceremonia, que se realizó el lunes 30 de mayo, en el Centro de Convenciones del Hotel Meliá, provincia de Colón, la  Sede Regional, entregó al país a 122 nuevos egresados, 80 de los cuales participaron del acto de graduación.

El Ingeniero Luis Barahona, Vicerrector Académico, ofreció un discurso en representación de la Rectora de la UTP, Ingeniera Marcela Paredes de Vásquez, en el cual señaló que ya son 2,832 profesionales que este Centro Regional ha formado para impulsar el desarrollo de la provincia de Colón y quienes son parte de los más de 44,000 egresados de la UTP, a nivel nacional en estos 30 años que cumple nuestra institución.

"La UTP está comprometida con el impulso de la calidad en todos sus aspectos: el académico, administrativo y en la extensión. Este proceso de aseguramiento de la calidad ha rendido sus primeros frutos con la acreditación de la primera carrera de Ingeniería Civil, primera ingeniería acreditada internacionalmente en nuestro país.

Cada graduando y graduanda que recibe su diploma hace realidad un sueño gracias a su dedicación y sacrificio, aunado al apoyo de familiares y al noble trabajo del cuerpo docente, de investigación y administrativo.

Estos jóvenes, estudiosos y exitosos, representan la esperanza de mejores días para Panamá y estamos convencidos de que continuarán cosechando logros, tanto en lo profesional como en lo personal", enfatizó el Vicerrector.

Ricardo Antonio Pinder Wilson, estudiante de mayor índice académico de la Promoción 2010, de la Facultad de Ingeniería Eléctrica, con voz temblorosa, abrió un paréntesis para agradecer a la mujer que influyó directamente en su actuar, a quien dirigió las siguientes palabras “Madre, jamás terminaré de agradecer y de pagar lo que has hecho de mí, muchas gracias”. Continuó agradeciendo el apoyo incondicional de su esposa, quien en momentos difíciles tuvo que aceptar, no verlo hasta por dos días seguidos, expresó emocionado, que todo este sacrificio valió la pena y que le ayudó a ser mejor hombre y padre para sus hijos. Exhortó a sus hermanos, conocidos y amigos a seguir la senda de éxitos y aprendizaje y los invitó a no desfallecer ante las adversidades.

MM